Colmena de Kronos

Laberinto formado por puertas que te llevan a un momento de la historia, de los peores de la humanidad.
Para poder pasar de puerta tienes que encontrar el significado, descubrir qué es lo que está pasando... si no lo haces en un plazo de 24 horas quedas allí encerrado para toda la eternidad.
Cualquiera que sale de ella, es mucho más poderoso de lo que jamás cualquier ser podría ser.

[Zona de Rol]

Llegué allí y me apoyé en la primera puerta.
-¿Jugamos? -Pregunté macabramente, aquello era bastante parecido a un juego... pero te jugabas mucho, tu propia vida, tu libertad... si perdías te quedabas en la edad en la que hubieses aparecido.
Miré la puerta, aquel lugar se llamaba Colmena ya que tenía forma de ella, estaba compuesto por 12 puertas con 5 lados cada una, lo que hacía que pareciese una colmena.. cada puerta decidía donde acabarías.

Toqué la puerta más cercana a mí con la punta de los dedos y la eché hacia atrás con cuidado, en ese mismo instante todo lo que había a nuestro alrededor empezó a nublarse... apareciendo otras formas en su lugar.
Nos encontrábamos en lo que parecía ser una ciudad, me giré hacia una casa cuya puerta estaba marcada con una X blanca.
-Es muy fácil -Dije mientras bostezaba.

Llegué a esa ciudad centrada en mis pensamientos. Practicamente ni me di cuenta.
Cuando llegúe a este lugar llegaron los recuerdos de los que huia. Suspiré y entonces me di cuenta de otras presencias. Lynd y otro chico se encontraba alli tambien.
-Vaya, nos volvemos a encontrar-dije con un sonrisa amistosa.

-Hola -Dije símplemente con mi frialdad habitual.
Observé como unas gentes se acercaban a nosotros corriendo y gritando, como si les persiguiese el mismísimo diablo.
Reí a carcajada limpia por mi macabro humor.

-Se te ve la mar de bien- dije
-Bueno amiga del alma, a la cual se nota que le caigo genial, ¿has pensado en intentar sonreir de una manera mas alegre?- dije con una pizca de ironia
Obeservé a los que corrian sin preocuparme y con una sonrisa tranquila en mi rostro

-Sí, ¿verdad? -Sonreí divertida.
-¿Esta forma te sirve, querida? -Susurré en su oido, sonriendo macábramente.
No sabía el peligro que corría allí...

sin moverme, tranquilamente le respondí:
-Bueno, seguro que con un poco de practica...-estiré los brazos y respiré profundamente

-Si adivináis donde nos encontramos, iremos a otro lugar, hasta entonces nos quedaremos aquí -Expliqué mientras sonreía con frialdad.
-Pero si llegan a pasar 24 horas antes de adivinarlo, quedaremos aquí encerrados para siempre -Dije mientras miraba al cielo con una macabra sonrisa, yo ya sabía donde nos encontrabamos, como era lógico.
-Además, tenemos que llegar ante la puerta que nos conducirá al siguiente momento histórico antes del plazo establecido -Me aburría bastante el tener que informarlos, pero así era más divertido.. los dos eran unos ignorantes.

-¿La caza de brujas en salem?-pregunté
Me parecian todos unos locos supersticiosos, así que ¿por que no?

Puse los ojos complétamente en blanco, no se acercaba ni lo más mínimo.
-No -Dije cortante.

-¿La guerra de la independencia?- dije traquilamente y sin prestar mucha atención

Dios, aquella tía no era más tonta porque no se podía.
Miré al cielo, esperando a que alguien dijese algo medianamente inteligente.
Llevé una de mis manos hacia mi boca, momentos antes de esta formar un amplio bostezo.

-¿En algún momento de guerras en estas tierras?- dije sonriendo
Miré al cielo este lugar me traia recuerdos del pasado y me costaba concentrarme y mucho mas parecer tranquila

Preferí ni responder. ¿Era tonta o se lo hacía? Me apoyé en una barandilla que había cercana, esperando a que Edgar hiciese algún comentario no extremadamente estúpido.

Bueno como se notaba a kilometros que no daba una decidí fijarme en mi alrededor.
Pasé la vista de la gente a las marcas y viceversa, hasta que una sonrisa cruzó mi rostro.
Que torpe habia sido, bueno ya lo sabia asi que no tenia que preocuparse de nada. Aunque de todas formas no lo iba ha hacer.

-Os quedan 3 horas -Dije mientras miraba al cielo, al final se quedarían allí encerrados, pensé mientras sonreía macábramente.
Noté la sonrisa de Agnes, parecía que al fin había captado algo... parecía.
Me separé de la baranda.
-¿Alguna idea? -Pregunté con frialdad, susurrando en su oido.

-Yo ya lo se, alcontrario de lo que piensas no soy tonta-dije para mi.
Esa frase me trajo un recuerdo que se me clavó con una punzada de dolor, pero con todas mis fuerzas intenté mantener el control.
<< Me estoy volviendo una blandenge>> pensé con una amarga sonrisa.

-Me gustaría escuchar tu teoría -Dije mientras sonreía con frialdad, mostrándome bastante divertida ante el tema que se abría ante nosotros, noté como algún recuerdo atormentaba a Agnes y no pude evitar sonreír macábramente.

-Buenos si vemos que la gente va por ahi como loca y que las casas están marcadas hay muchans posibilidades de que sea la peste y como solo se me ocurre una de las grandes epidemias de esta enfermadad, lo dejo a suerte y digo que es la peste negra- dije rapidamente y encogiendo los hombros.
Me apoyé en un árbol.

Alcé la vista hacia el cielo, poniéndola en blanco, por fin se daba cuenta.
-Parece que después de todo tienes alguna que otra neurona -Dije mientras empezaba a andar de camino al portal.

-Sí, eso parece. Se fueron de viaje pero como se les a gastado el dinero, mira que listas vienen a pedirmelo a mí- dije esbozando una pícara sonrisa

Sonreí con frialdad, momentos antes de que todos desapareciesemos de allí, para volver al lugar de antes.
-Me voy queridos -Dije sonriendo con frialdad mientras me iba alejando de ellos.
Salí de allí